De dos años a la fecha Querétaro se ha
convertido en una especie de agujero negro para las adolescentes. El número de
muchachas de entre 13 y 16 años que simplemente “desaparecen” ha aumentado
exponencialmente a partir de 2010. Y en lugar de investigar y atender el
problema, las autoridades locales falsean las cifras, criminalizan a las familias
de las víctimas y se escudan en una ley ambigua para justificar su inacción.
Son las familias de las desaparecidas y organismos de derechos humanos los que
se dan a la tarea de averiguar qué pasa… Todo apunta a la operación de una red
de tratantes de mujeres que opera desde el interior de el gobierno de el bello
estado de Querétaro.
Fuente http://www.proceso.com.mx/?p=319985
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